sábado, 17 de julio de 2010

Regresar a Nunca Jamás

“Hola, te escribo desde la tierra donde estoy. Espero que allá donde tú estás, puedas leer mi carta…

Con estas palabras encabezaba Álvaro la carta que escribía a Miguel, su hermano, quien se encontraba muy lejos de él:

“Hoy en día la vida aquí abajo no es tan buena, no es tan bella. Tengo que trabajar para sobrevivir. Si quiero comer, debo ganarme mi alimento. Y aunque no todo es malo, tampoco todo es felicidad. No es como cuando éramos niños que no teníamos ningún tipo de preocupación. No todos son sonrisas, y ya casi nada es juego. Pero como te he dicho, no todo es malo, tengo una esposa muy hermosa y dos hijos preciosos. La mayor es Susana, tiene once años y es una niña encantadora, el menor tiene ocho años, es muy inteligente y divertido, se llama Miguel como tú, su tío…

Nunca dejo de pensar en todas esas travesuras que hicimos cuando niños. Como cuando escondimos la ropa del tendedero de la vecina, o jugamos al frisbee con los discos viejos de papá. Era todo tan divertido, y éramos los dos tan inocentes. A veces me siento a recordar y quisiera que nada hubiera cambiado, que nos hubiésemos quedado allí en ese momento para siempre. Es una verdadera lástima que tú hayas tenido la oportunidad y no yo, pero son cosas del destino…

Ese momento en el que nos separamos tampoco puedo olvidarlo. Fue muy significativo para mí, y también muy doloroso. Extrañarte es peor que nada, pues te extraño pero no te puedo dejar de recordar… todos los días, hermano. Sé que te fuiste a un lugar mejor, y no lo conozco aún ni creo que voy a conocerlo, pero de seguro estarás siendo feliz y haciendo muy feliz a otro. Solías siempre ser el bromista, el divertido y a mí eso me encantaba…

¿Te acuerdas cuando tuvimos aquella conversación sobre nuestras vidas futuras? Yo sí. Fue poco antes de que ocurriera… aquello. Prometimos no crecer. Seríamos como Peter Pan, y nos iríamos juntos al país de Nunca Jamás al primer indicio que tuviéramos de que dejábamos de ser niños. Tú te fuiste, y espero que estés allí. Pero no lo sabía y me dio miedo ir sin ti…

Decidí crecer y hacerme una vida de adulto, y soy exactamente como esos adultos que odiábamos, aburrido y trabajador, pero trato de enmendar ese “error” haciendo cosas buenas por mis hijos. Tú que vives en Nunca Jamás no habrás crecido aún y entenderás muy poco lo que te digo. Imagina que es un niño el que escribe estas palabras. Soy un niño que te quiere y te extraña siempre…

Susana y el pequeño Miguel han oído mucho de ti, por supuesto. Saben todo sobre su encantador tío, su tío que es un niño un poco más grande que ellos, un niño que no creció y que vive en el cielo rodeado de estrellas en un país al cual se llega volando. Se emocionan mucho con esto, y les encanta oír las mismas historias que solían leernos mamá y papá antes de ir a dormir...

Mi esposa es una gran mujer y una excelente madre. Me recuerda mucho a mamá en su forma de cuidar a los niños, es muy parecido a como nos cuidaban a nosotros, con amor, bondad y mucha comprensión. Mamá sufrió mucho cuando te fuiste, a papá le costó bastante superarlo también. Yo, aún no lo supero y todos los días estás presente. Quiero que lo sepas…

El propósito de esta carta no era solamente saludarte, era pedirte un favor y contarte un secreto. No es un secreto infantil, de los que nos contábamos el uno al otro en nuestros campamentos dentro de la habitación o en la sala; es algo mucho más grande. Hermano, voy a morir…

Moriré pronto pues estoy muy enfermo. El médico me ha dado muy poco tiempo de vida. Y la razón por la cual te cuento esto es porque no tengo un lugar al cual ir, y quiero volver a creer. Permíteme ir contigo, ser un niño de nuevo y regresar a Nunca Jamás. Ábreme las puertas, regálame las alas y ayúdame a volar hasta la estrella… Con amor, Álvaro.”.

Así culminaba la carta, y nunca hubo respuesta. Álvaro escribió de nuevo, moribundo, a su hermano Miguel:

“Hermano, hoy es mi último día, y si aceptaste lo que en mi carta habrás leído, nos vemos pronto… porque pienso regresar a Nunca Jamás…”.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Anuncios